viernes, 18 de octubre de 2013

Madrid, Madrid


Nací en Madrid, hace ya unas cuantas décadas y hasta cumplidos los veinte no conocí otro lugar. Esto se debía al estatus social al que yo pertenecía, y también a que eran otros tiempos.  Ahora las cosas han cambiado y los jóvenes viajan al extranjero por placer, aunque también y como antes, para buscar el trabajo que en su país no consiguen. Yo no me vi nunca en esa disyuntiva, ya que ni mi familia tenía medios, y porque ni tan siquiera se les hubiera ocurrido semejante “barbaridad”. Será por eso que quiero tanto a Madrid. Después de cumplir  la veintena, empecé a visitar  otros lugares, que me maravillaron, sobre todo el mar, que después de Madrid, es lo que más bonito que conozco.  Esta experiencia me gustó, como digo,  y he seguido practicándola a lo largo de mi vida, aunque ahora me gusta mucho menos viajar.
Madrid lo tiene todo. Es grande, bonita, acogedora y, sobre todo, abierta al mundo. Pasear por Madrid es una delicia, si dejamos de lado el tráfico imposible de soportar a determinadas horas, sobre todo. ¿Se imaginan paseando por el paseo del Prado una mañana soleada de otoño? Yo lo disfruto de vez en cuando. Y disfruto de ese cielo azul, limpio de nubes, con esa luz  maravillosa y las hojas caídas de los árboles que alfombran el suelo madrileño. Sé que hay muchas ciudades y pueblos de España que gozan de la misma belleza, pero no es igual, al menos para mí y siempre que dejo Madrid por vacaciones, estoy deseando volver a la vorágine de mi ciudad querida. Soy por tanto una madrileña nata, gata por parte de madre y padre,  y no conozco ni conocí a nadie de mi familia que no fuese de aquí, aunque alguno debió existir  que nos dejó el apellido. Me gusta disfrutar de la naturaleza, pero luego regresar a mi ritmo de vida, aunque sea menos sano.
Naturalmente, en Madrid, como en cualquier otro lugar del mundo, hay gentes de todo tipo que enturbian su belleza, pero esto no es culpa de la ciudad, sino de las gentes que la habitan. Madrid abre sus brazos a todo aquel que quiera disfrutar de lo que nos ofrece, que es tanto que conocerlo en su totalidad es casi imposible. Definitivamente Madrid es bonita, regia, moderna, antigua, turística, chulapona, verbenera, cálida….
En fín….., De Madrid al cielo.

Conchita Zabala

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